Albert Espinosa escribe con el corazón en la mano, de eso estoy seguro. Para aquellos que no conocen la historia, el autor sufrió y se recuperó de una enfermedad que lo tuvo 5 años en un hospital, los detalles, entiendo, no vienen al caso, pero sí creo que condicionan el pulso con el que escribe.
Ilustración de Vero Navarro
Cada cuento levantará su telón con hermosas ilustraciones de la artista Vero Navarro y con citas de diversos autores logrando una puesta en escena que transmite mayor candidez a la historia.
El libro cuenta con 20 relatos cortos, cortísimos, donde la variedad de temas podrán llevarnos ante algo tan personal como el suicido hasta temáticas globales como la guerra. Sin embargo, creo que un rasgo común comprende a todos los relatos, y es la intimidad con que el autor narra estos cuentos y labra sus personajes.
El autor busca generar, y entiendo que muchas veces lo logra, una cercanía con el lector que le permita a este librarse rápidamente de cargas y recorrer estas páginas expuesto emocionalmente ante los eventos narrados, esto nos traerá momentos de sonrisas, reflexión y por qué no, alguna lágrima.
No todos los cuentos surtieron el mismo efecto, debo admitir que ante algunos me encontré indiferente, seguramente por falta de empatía de mi parte, sin embargo en otros, logré intimar con la historia, sus personajes y sobretodo su mensaje. En cuanto al estilo, el autor se inclina por una narración directa, simple, sin mayores adornos logrando una lectura amena, accesible. Creo percibir en esta elección la necesidad del autor de reforzar un mensaje de esperanza en la desilusión, de optimismo en la adversidad, de simpleza ante la dificultad de lo real.